El ser más la nada,
con el devenir se encomiendan ellos brazos
de un ego miserable
Soy y no soy al mismo tiempo
Soy escualo leproso
No soy llanto ni risa
se agrietan mis palabras
se deshoja mi piel:
de sueños, piedades, patrañas, sentimientos
de rabia lagañosa acumulada en mis ojos
ya lo se estoy demás , al saber que no sirvo
y de tanto arrullarme en mis repulsiones
el frió se mezclo con el placer
deleite era mi boca, al lacerar
Cadáveres, bebiendo sanguinolento desprecio
Amor y odio
Son para mi son la misma cosa ¡vana!
los matare, a espada o escopeta, a fuerza de insultos si es necesario
me volví ciego, para no ver mi maldición
pero aunque sordo escucho mi lamento
las sombras se compadecieron de mi
abrasándome con casaca de tiniebla
ellas cumpliéndome el deseo
la ausencia del todo anhelado
prohibido queda: tocar, abrazar, ni golpear
a este niño vampirizado
yacido en ataúd profano
lejos del llanto misericordioso
esto pasa de día,
de noche
en mi mar turbio
nado por el vació, de mi piel medio llena
completamente, extraviada
de todo sentimiento dulce
que intente aliviar mi entupida arrogancia
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